viernes, 6 de junio de 2014

STOP

La cazadora del presente se cansó un día de hacer cosas, así que se sentó sobre la tierra a ver qué pasaba. 
La lluvia no es que le hiciera mucha gracia, pero al rato salió el sol y se secó rápido.
Los insectos pasaban por encima de ella transportando hojas o ramas.
Los pájaros se paraban sobre su cabeza, ¡incluso uno empezó a hacer su nido!
La nubes pasaban rápidas o lentas pero siempre con formas asombrosas y cambiantes.
Un gato se echó la siesta entre sus piernas, ¡qué cosquillas le hacía la cola!
El sol le calentaba la cara pero la brisa la refrescaba.
Vió aviones dibujar formas en el cielo.
Las flores se abrieron un poco más.
El tomate de la rama acabó de madurar.
Cuando la cazadora decidió volver a hacer cosas, ¿sabéis cual fue la primera parte del cuerpo que movió?
Los labios, porque dibujó con ellos una sonrisa de agradecimiento por el maravilloso espectáculo que había contemplado.

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